noviembre 04, 2025

Lo que no hice ayer

Me gusta dormir temprano. Levantarme temprano. Admirar de los amaneceres rojizos y apocalípticos. Ayunar por la mañana: tomar café al alba, leer muchos libros.

Cosechar mis propias hortalizas. Cuidar de mis hijos. Comer en familia. Cenar con mi esposa: cocinar mis propias recetas. Manejar solo en carretera, y también mientras escucho las ocurrencias de mis hijos al llevarlos a la escuela. Atiendo a mis mascotas. Gozo de la compañía de mi esposa mientras veo películas. Trato de evitar malcriar a mis hijos dándoles todo lo que me piden. Descubridor de dos tipos de absoluto silencio: el de la paz y el indicador de que mis hijos están haciendo algo verdaderamente terrible; un silencio que puede ser oro o un holocausto a punto de empezar.

Evito la conglomeración de masas, evado más aún las aglomeraciones de masas solitarias. Frecuento el silencio y eludo los ruidos. Prefiero siempre el mejor vino, que es la sutil compañía tranquila, prudente, de un amigo. Me cuestiono cosas. Fumo tabaco mientras escucho trova. Para mis amigos católicos: soy ateo y libertino. Para mis amigos ateos, mocho y persinado. Para mis conocidos prudentes: hablo mucho. Para mis conocidos parlanchines: soy reservado. Para la gente pacífica: un ser impetuoso y apasionado. Para la gente violenta: calmado y pasivo.

Trato de asistir a misa con frecuencia. Trato de escuchar a Dios. Trato de no desesperarme en el intento. Trabajo en realizar labores que me disgustan: lavar platos, comer verduras crudas y ser portador de malas noticias. Procuro ser agradecido y dar las gracias por todo, trabajar con esfuerzo, servir a los demás: mirar ocasionalmente al cielo.

Apasionado de caminar por veredas y montañas. Explorar senderos, bajar sobre abismos y subir acantilados. Descubrir cuevas. Viajar a la montaña por gusto, a la playa por obligación. Camino en la lluvia con frecuencia, evito el calor o el sol. No hay mejor calor que el cuerpo de mi mujer al amor del fuego; una fogata la mejor televisión.

Me gusta contemplar la bóveda celeste. Intentar adivinar planetas; que cruce una estrella fugaz. Escuchar con miedo los aullidos de los coyotes. El croar de las ranas. El sonido de una cacatúa o un tecolote. Sentir los vientos rugir por la noche. Soñar despierto. Soñar dormido. Soñar antes del amanecer.

 

 

J. Antonio L. Carrera

Octubre 30, 2025


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