marzo 14, 2016

Instrucciones para salir de excursión

Importa poco a donde vaya, siempre y cuando, se olvide de todo; se distraiga y voltee lejos de su computador, se desconecte de eso que usted llama vida. Si algo tiene que tener claro, son estas tres premisas: no viaje sin libro, sin navaja y sin amigo.
Escoja esa historia que lo cobije durante su recorrido, más vale pasar una noche con frío que sin haber leído. Esas letras lo irán acompañando en su aventura y usted en la de ellos. En caso de que no le encuentre sentido a la aventura escrita, bien puede hacer uso de las hojas para que le den iluminación mediante las llamas de una fogata. Es tan bondadoso un libro que, si no da luz a la razón, dará calor al cuerpo. La navaja siempre es indispensable, básicamente para poder hacer actividades cotidianas como el corte de un mecate, abrir latas o serruchar ramas, pero también actividades probables como la defensa ante el inminente ataque de un animal, alguna fiera maldita o más probable aun, de una persona humana. Busque un buen acompañante acorde a la dificultad del viaje para agarrar norte; empiece por ser paciente con él, ya que no va a estar listo a la hora prevista. Recuérdele que va de excursión, que no se vaya vestido como si de antro se tratase; que tendrá que caminar mucho, comer poco y dormir mal, pero también, disfrutar de un buen café mañanero acompañado por el humo de la fogata y de un buen tabaco.
En caso de pánico, relájese. En caso de estrés, relájese. En caso de algún suceso fuera de lo común, relájese. Recuerde: usted está viajando para olvidarlo todo, hasta las preocupaciones. Lleve una buena chamarra o abrigo para el frío. Procure no quejarse durante el recorrido. Disfrute. Le recomendamos dirigirse a una zona donde no haya tecnología, luz eléctrica o civilización alguna. Desconéctese de su rutina para conectarse a la vida.
Lo demás, se podrá conseguir en el lugar óptimo para acampar, ya que hay ciertas cosas que no se pueden comprar y que no lo podrá conseguir en ningún establecimiento: una buena vista al llegar, por la noche un cielo con algunas estrellas fugaces, en la mañana el amanecer, despertar con el canto de algún cenzontle o gorrión, el sonido del viento chocando con las hojas, entre otras cosas.
Salir de excursión es algo más que viajar, es merodear por donde nuestros ancestros lo hicieron, es recogernos en un silencio natural, es valorar lo que tenemos, es vivir un peligro mortal.


J. Antonio L. Carrera
Diciembre 15, 2015.



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